Fuente: Diario Médico // 11.01.2017
Un equipo del Centro Médico Harbor-UCLA de Torrance (California), en Estados Undios, ha analizado un total de 808 ingresos en la UCI del centro durante un año y concluido que más de la mitad de los pacientes deberían haber sido atendidos en un entorno menos invasivo.
Las unidades de cuidados intensivos se convierten con demasiada frecuencia en destino de pacientes que no necesitan el nivel de atención que en ellas se presta, señala un estudio publicado en JAMA Internal Medicine. Los autores analizaron 808 ingresos en la UCI del Centro Médico Harbor-UCLA, en Torrance (California), registrados en un periodo de un año y descubrieron que más de la mitad debería haber sido atendido en un entorno menos invasivo y con menores costes.
Los ingresos inadecuados se dividieron en varios grupos: un 23,4 por ciento estaba constituido por pacientes que necesitaban una vigilancia estrecha, pero no tanta como para ocupar una cama de UCI; el 20,9 por ciento eran pacientes críticos pero cuya recuperación era muy improbable por la enfermedad subyacente o la gravedad de su patología; en un 8 por ciento de los casos la muerte era inminente o se habrían obtenido los mismos resultados sin ingreso en intensivos.
"Nuestro estudio muestra que más del 50 por ciento de los pacientes presentaba un estado tan bueno o tan malo que los cuidados intensivos no les aportaron valor; o bien que podrían haber recibido una atención igualmente eficaz con dispositivos asistenciales menos exigentes", comenta Dong W. Chang, autor principal del estudio. "Los resultados nos indican que la atención intensiva es ineficiente porque dedica recursos sustanciales a pacientes que tienen menos probabilidades de obtener un beneficio de ellos. Estos hallazgos deben preocupar a pacientes, proveedores y a los sistemas sanitarios porque los cuidados intensivos suelen ser agresivos y con un coste elevado".
Los autores sumaron el número de días pasado por cada paciente en la UCI y detectaron que casi el 65 por ciento de esas jornadas se dedicaron a un tipo de atención que cabía clasificar como monitorización discrecional, de baja probabilidad de beneficio a pesar de haber una enfermedad crítica o que habría sido manejable en otras instancias clínicas.
"Aunque el análisis corresponde a un único centro y los resultados pueden variar en otros hospitales, sospechamos que este tipo de utilización de la UCI es común y prevalente en la mayoría de ellos", sostiene Chang.
Para este profesional, la conclusión que se desprende de estas cifras es unívoca: "Mejorar la capacidad de distinguir qué pacientes son realmente candidatos a UCI y optimizar la utilización de este servicio con ellos es importante para asegurar la mejor asistencia y obtener el uso más eficiente posible de los recursos sanitarios que, no lo olvidemos, son siempre escasos".
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